CULTURA

5 pasos para diseñar un producto digital

Cómo usar el pensamiento integrador del Design Thinking para solucionar los problemas de los usuarios de forma rentable con la tecnología disponible

Por Daniel Rodríguez, Product Owner en Beonprice

En este artículo voy explicar cómo diseñar un producto que haga la vida más fácil a las personas. Concretamente, vamos a ver cómo se diseña uno de los mejores RMS del mercado, un producto digital enfocado en maximizar la rentabilidad de los hoteles: una solución que pone al servicio de nuestros clientes una potente tecnología de inteligencia artificial aplicada al revenue management, mediante una interfaz sencilla e intuitiva.

En Beonprice contamos con un equipo de diseño de producto multidisciplinar integrado por personas formadas en diferentes ámbitos (revenue management, negocio, ingeniería, matemáticas, diseño UX). Todo el equipo está alineado para conseguir un objetivo común: resolver los problemas reales de nuestros usuarios. Trabajamos con nuestra propia metodología de diseño basada en Design Thinking buscando la mejora continua de nuestra herramienta.

Tim Brown, uno de los principales impulsores de esta metodología, define el Design Thinking como la intersección de las necesidades de las personas, su viabilidad técnica y su viabilidad como negocio. Por lo tanto se trata de lograr un tipo de pensamiento integrador que solucione los problemas de los usuarios mediante la tecnología disponible y de una manera económicamente rentable.

Todo esto suena muy bien, pero ¿cómo se consigue diseñar un producto así? Si me acompañas, te lo cuento en este viaje de cinco paradas, prepara las maletas que empezamos.

La primera parada de nuestro viaje es la empatía. Es seguramente, la fase más importante de todo el proceso. Se trata de una fase en la que debemos de tener un pensamiento divergente, pensar out of the box, pero sobre todo, ponernos en la piel del usuario. En esta fase debemos entender perfectamente cómo piensan y actúan las personas ante una situación determinada.

En Beonprice siempre hemos mantenido una estrategia centrada en el usuario. Para nosotros, es muy importante conocer las necesidades y los problemas reales a los que se enfrentan nuestros clientes en su día a día. Nuestro objetivo principal es hacerles la vida más fácil y consideramos que esta es la mejor manera de conseguirlo.

Concretamente, en esta fase lo que hacemos es observar y analizar a nuestros usuarios. Además hacemos entrevistas y dinámicas de co-creación en las que intervienen personas de diferentes equipos ajenos al diseño de producto. Todo con el fin de poder entender las necesidades reales de nuestros clientes y poder continuar nuestro viaje juntos.

Después de la primera etapa, de observar, analizar, dialogar y empatizar, toca reflexionar. Es el momento de definir el problema real sobre el que nos queremos enfocar. En esta fase se requiere un pensamiento convergente con el fin de aclarar las ideas y focalizarnos en las necesidades principales de nuestros usuarios.

Decidir adecuadamente en qué problema debemos focalizarnos para ayudar mejor a nuestros clientes, hace que Beonprice sea el compañero de viaje perfecto para hoteleros y revenue managers. Somos capaces de abstraernos de todo lo superficial y quedarnos con los problemas que realmente preocupan a nuestros clientes para estar a su lado justo en el momento que lo necesitan.

Para ayudarnos a tomar estas decisiones, desde el equipo de diseño elaboramos customer journeys, vemos casos de uso y definimos los problemas principales. Después, junto con los stakeholders decidimos en qué necesidades del cliente podemos ayudarle mejor y es ahí donde ponemos todo nuestro esfuerzo en encontrar soluciones, teniendo en cuenta todas las posibles casuísticas.

Tercer alto en el camino y ya tenemos muy claro qué problemas tienen nuestros clientes y entendemos cómo les afectan. Ahora toca volver a un pensamiento divergente y a poner encima de la mesa toda la creatividad que llevamos dentro, es el día de encontrar soluciones innovadoras.

Una vez entendemos las frustraciones de nuestros clientes, en Beonprice no podemos quedarnos de brazos cruzados o mirar hacia otro lado. Nos sentimos en la obligación de dar una solución eficaz y de valor a nuestros usuarios.

En esta etapa, el equipo de diseño sacamos a relucir todo nuestro ingenio y creatividad. A través de dinámicas de co-creación, diseñamos las posibles soluciones a los problemas (cualquier problema siempre tiene más de una solución). Definimos los diferentes flujos de usuario y cómo debemos estructurar la información. Decidimos qué información es la más relevante para ayudar al usuario a resolver el problema, y empezamos a pensar la forma más limpia y sencilla de mostrarla.

Llegamos a la cuarta estación, empezamos ya a visualizar la solución que resolverá el problema de nuestros usuarios. Es el momento de decidir cuál es la solución óptima y empezar a plasmarla en un prototipo interactivo, para que el resto de equipos puedan visualizarla y contrastarla.

Hacer esta parada en el viaje supone un gran ahorro de tiempo y de coste para Beonprice. Realizar un prototipo interactivo nos permite mostrar cómo será la solución final utilizando muy pocos recursos, sin tener que invertir tiempo de desarrollo.

En esta fase seleccionamos las soluciones más eficaces y las que más valor aportan a nuestros usuarios. Dibujamos los diferentes wireframes que componen todo el flujo de usuario y le damos interacción mediante herramientas de prototipado. En nuestro caso, utilizamos Axure por la potencia que tiene a la hora de crear interacción, pero también se podrían utilizar herramientas como Figma que cada vez tiene más funcionalidades en ese aspecto. En el caso del algoritmo, el prototipo lo diseñamos desde el punto de vista de datos, indicamos los inputs que se deben utilizar en los cálculos, y el output esperado, siempre teniendo en cuenta los posibles problemas que se puedan encontrar durante el desarrollo de la solución.

El viaje está llegando a su fin, hemos disfrutado el camino pero tenemos ganas de llegar. Igual que en cualquier viaje nos gusta contar donde hemos estado, que hemos hecho, enseñar fotos, subirlas a redes sociales… En nuestro particular viaje del diseño de producto lo que vamos a enseñar es nuestro prototipo final. Nos encanta contar a los demás cómo hemos solucionado los problemas encontrados durante el viaje.

En Beonprice, la opinión de todo el equipo importa, por eso en esta fase cualquiera puede opinar sobre las soluciones planteadas. Es fundamental conocer todos los puntos de vista a la hora de encontrar una solución a cualquier problema.

Llegados a este punto, mostramos los prototipos al resto de equipos (engagement, sales, development), así como a usuarios con distintos perfiles de uso de la herramienta. Enviamos una Pre-Release del prototipo, exactamente igual que si fuese la release del producto desarrollado. Se puede plantear un test A/B para elegir cuál de los dos prototipos es mejor. Además enviamos una pequeña encuesta y abrimos los comentarios en el prototipo, de esta manera recibimos todo el feedback posible sobre nuestra solución para poder iterar el proceso.

Después de este intenso y apasionado viaje de cinco etapas, llegamos a nuestro destino: el producto final. Ahora que el feedback recibido ha sido positivo, nuestro diseño está listo para que el equipo de desarrollo lo implemente. En caso contrario, podemos repetir el viaje tantas veces como queramos, cada vez que repetimos un viaje vemos cosas nuevas que nos aportan más valor.

Tal y como lo definía Tim Brown, mediante el Design Thinking, hemos conseguido un producto que soluciona los problemas reales de nuestros usuarios a través de una solución técnicamente viable y rentable. En definitiva, hemos logrado que Beonprice sea una solución rentable que le hace la vida más fácil a sus usuarios.

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